Aislar con botellas de plástico
Después de la lana de oveja y el algodón reciclado, en 2010 apareció un nuevo aislamiento de “segunda vida”: el tereftalato de polietileno (PET) reciclado, fabricado a partir de botellas de plástico.
Aunque no es un aislante natural, el PET sí es un aislante ecológico. De hecho, este material tiene que ver con la sostenibilidad, especialmente debido a las cualidades intrínsecas de la fibra de poliéster y la construcción del material. También es hidrofóbico e hipoalergénico. Finalmente, es fácil de manejar gracias a su buena resistencia mecánica.
¿Para qué? Se recomienda el PET reciclado para el aislamiento de paredes (interiores o exteriores) y áticos. Este producto se corta fácilmente, no se deshilacha y no pica en absoluto. Además, no retiene la humedad y no se degrada con el tiempo. En espesor de 10 cm, su resistencia térmica es de 2,63 m2K/W. Además, utilizado en mamparas, el PET tiene un doble rendimiento, tanto térmico como acústico.
Este material tampoco contiene ningún material que presente riesgos para la salud. Tampoco hay rastros de aglutinantes químicos, sustancias nocivas o compuestos orgánicos volátiles (COV). La otra cara de la moneda: ¡el precio! De hecho, es comparable a la del aislamiento de fibra vegetal. Pero se puede considerar como una inversión, dada su durabilidad y rendimiento.
¿Sabías? La producción mundial de botellas de plástico supera los 200 mil millones. De estos, el 75% no se reciclan. Pero eso podría cambiar en el futuro: reciclar una tonelada de PET ahorra entre 1 y 1,2 toneladas de petróleo.